La segunda cuestión a aclarar es que no quiero gastarme nada, quiero utilizar todo lo que tengo por casa de otros proyectos, como retales de tableros, chapas de madera, resistencias, bobinas, condensadores, conectores, cables, etc. Sólo quiero disfrutar de la construcción. Tengo ya cubiertas mis necesidades de altavoces con dos parejas en casa (unas Opera Mezza y unos Mission M71) y el único gasto extra que he hecho consiste en los dos euros invertidos en la compra de los altavoces de graves.
Quiero sustituir unos viejos altavoces de ordenador que tendrán como mínimo unos veinte años. Se trata de los altavoces que me regalaron con mi primer ordenador y que he conservado hasta la fecha. Todavía recuerdo que me dijeron cuando lo compré que su amplificador tenía sólo un watio de potencia, mientras que su altavoz únicamente soporta la increíble potencia de 2 watios. El sonido es absolutamente lamentable. No existen graves ni agudos, el sonido no tiene ninguna definición, todo suena a hueco y parece que estén cubiertos por una manta y su sonido salga de un tubo. Encima, cuando giras el pote a media potencia ya empieza a distorsionar, suena a plástico como no podéis imaginar. Pues bien, el listón no está demasiado alto, cualquier cajita que haga, por muy mal que resulte, mejorará esta porquería de altavoces, si se los puede llamar altavoces.



Como no tenía ningún woofer pequeño de tres o cuatro pulgadas que pudiera utilizar, el único gasto que he tenido ha sido la compra de éste. Como el requerimiento de potencia va a ser muy bajo, tampoco quería nada especial. Compré en el Cash-Converters, por dos euros la pareja, unas cajas acústicas Thomson en liquidación con un woofer de 4 pulgadas. Una vez desarmadas comprobé que el woofer tiene una impedancia de 6 ohmios y una potencia de 10 watios, aunque en el exterior de la caja se indicaba que soportaban una potencia musical máxima de 20 watios. El estado exterior de estas cajas acústicas, por llamarlas de alguna manera, era más que penoso, el vinilo se estaba despegando y la tela de las rejillas estaba rota. El aglomerado, como mucho de unos seis o siete milímetros de espesor, de ínfima calidad, se deshacía sólo con la mano. No tengo fotos, pero os aseguro que daban más que pena.
Este mini-woofer, con una membrana de papel de color amarillo, trabaja bien como fullrange. Incluso sin filtrado, no hay resonancias destacables a oído como ocurre en todos los woofers que he escuchado. La suspensión está hecha de tela sintética, por lo que no hay riesgo de que se rompan como los de espuma. Para poder publicitarlos como altavoces de dos vías, a la compañía no se le ocurrió otra cosa que añadirle un altavoz piezo de agudos. Consiste en un pequeño círculo de metal circular, muy, pero que muy, estrecho. No creo que el valor de fabricación llegue a los diez céntimos.
Como altavoz de agudos voy a emplear una pareja de tweeters de cúpula textil de 20 milímetros de diámetro que compré en Aliexpress hace ya tiempo. Me costó la pareja, en oferta, la elevada suma de 6.95 euros puestos en casa con envío incluido. El sonido no es malo, lo que ocurre es que el acabado deja mucho que desear. Tuve que reforzarlos con masilla epoxi ya que la zona de las patillas de los conectores no estaba debidamente sellada y no era estanca.
La frecuencia de corte deberá ser bastante alta porque la frecuencia de resonancia será más alta que los tweeters de una pulgada. No creo que haya problemas porque el woofer sube muy bien, yo creo que se podría vender incluso como un fullrange, puesto que la instalación del tweeter piezo era prácticamente cosmética, para justificar la venta de un altavoz de dos vías.


He respetado las medidas delos altavoces Thomson que compré, las cajas tienen 22 centímetros de altura, 12 de anchura y una profundidad de 19 centímetros, así como la longitud y anchura del tubo bass-reflex. Su volumen neto, una vez descontada la moqueta y los drivers es de algo menos de 3 litros. El recinto está fabricado en mdf, aprovechando todos los restos y recortes de proyectos anteriores. El bafle tiene 16 mms de grosor (tablero de 10 mms pegado a otros dos tableros de 3 mms), el resto de las paredes de las cajas tiene un grosor de 13 mms (tablero de 10 mms pegado a un tablero de 3 mms). El grosor es más que suficiente para la potencia del woofer. Todo el interior está forrado con moqueta, pegada con cola blanca de carpintero. He notado que al pegar dos tableros de mdf la rígidez es mayor.






Como no tengo instrumentos de medida, el filtro lo tendré que ajustar a orejímetro, comparándolos con las cajas que tengo en conmutación inmediata. Tengo un sonómetro, así que podré igualar, más o menos, los niveles de escucha. Como os comenté antes, por mal que me salgan, el resultado será mejor que la porquería de altavoces que tengo ahora, no hay peligro.
Bueno, si no os partís de risa, seguiré publicando cómo va esta aventura

Saludos a todos.